lunes, 30 de octubre de 2017

Fascismos, nacionalismos y el estrabismo del quincemerismo




Es obvio que los nacionalismos catalanes, tanto el liderado por el nuevo Nicola Di Bari, como ese que dicen que es de izquierdas y el que tiene como caudillo, no sé si al cantante Demis Roussos o una copia mal hecha de aquel glorioso músico griego, pues hace tiempo que dejaron la esfera de los nacionalismos moderados para entrar en el campo del fascismo puro y duro.

Sí ahora por ahí dicen que todo lo que sea estar en contra de la independencia de Cataluña es fascista. Bueno,  risa me dan a mí los fascistas entonces,  porque,  vamos: que si fascismo es estar en contra de que tu país se valla a la mierda, el que quiere separar su región del resto del país porque cree que todos sus compatriotas son unos mantas, pues yo no sé que será. Un nazi, porque cualquier otro calificativo se quedaría corto.
Puigdemont ha declarado la independencia y el Parlament la ha votado y dicha votación para lo único que pueden servir es para que algunos de los declarantes vayan a la cárcel un tiempecito al menos. No todo lo que merecen por la larga sarta de delitos que llevan cometidos desde 2012 hasta estos momentos históricos y menos aun, pagarán ni la mitad de los dolores de cabeza que han causado a los ciudadanos normales en los últimos cinco años. 
El caso es que los chicos de Podemos, tan majos ellos como siempre, les hicieron un gran favor a los declarantes, posibilitando que no vayan a la cárcel más que los componentes de la mesa del Parlament y tres más, escudándose en aquello del voto secreto. Porque los nenes de Podemos decidieron quedarse en la cámara y votar no,  lo que, oye, que está muy bien eso de votar no, pero si ellos salen del hemiciclo, como salieron los del PSC, los de Ciudadanos y los del PP sehabria sabido claramente que todos los que estaban en el Parlamento habrían votado sí a la independencia y por lo tanto todos serían culpables del delito de rebelión, y el fiscal lo habría tenido mucho más fácil. Los nenes de Podemos como siempre haciendo las cosas bien. 
Podíamos cantar aquello de "somos lirios somos rosos somos lindos mariposos" y creo que quedaría muy bien en estos tiempos que vivimos, pero el caso es que ahora aquí los únicos malos somos los que queremos defender la integridad del Estado Español y parece ser que lo más normal del mundo es irse de casa llevándonos los muebles, el piso y la cuenta del banco. Vamos, lo que quieren los catalanes, ni más ni menos. Bueno, los catalanes independentistas, habría que aclarar. 
Luego están los de podemos y cierto sector de la izquierda, que dicen que no, que eso está muy bien, que irte de casa llevándote los muebles el piso y la cuenta del banco es una cosa normal y muy sana y democrática y los malos somos los que nos negamos a permitirlo y todavía peores los que opinamos que quienes cometen tal delito deben ir a la cárcel. Pero, no lo duden, lo que hoy nos quieren hacer es un delito, se mire por donde se mire. 
Como ya explicado mil veces todo fascismo tiene su raíz en un nacionalismo. Ya que si en el mundo hay algún nacionalismo que no es fascismo, es igual de cierto que en situaciones difíciles o extremas, todo nacionalismo demarra hacia el fascismo. Y da igual que sea de izquierdas o de derechas, para que un nacionalismo se convierta en fascismo solo tiene que radicalizarse y el nacionalismo catalán ya hace muchos años que se radicalizó persiguiendo en las escuelas y colegios, en las aulas de los institutos el uso de la lengua castellana, qué es la lengua de todos los españoles, no se olvide, penalizando aquellos funcionarios que querían usar el castellano, en la calle persiguiendo a los comerciantes que ponían el anuncio de sus productos en castellano o lo que es lo mismo en lengua española y en definitiva persiguiendo y penalizando todo lo que oliera cultura española y ser o parecer español. Y si me dices que eso no es radicalizarse, pues que me cuenten lo que es. 
Y ahora vienen estos iluminados; estos izquierdistas de los que el mismo Lenin alertara sobre sus vicios, costumbres y peligros hace más de 100 años, y nos dicen que no que el fascismo español o el nacionalismo español es mucho más fascista que el fascismo catalán. Mire, a mí me da igual, en la actualidad, el nacionalismo catalán es mucho más radical, mucho más visceral que el español, mucho más excluyente y mucho más intolerante, lo miras por donde lo mires. Y, sí, dentro de las autoridades y del partido que gobierna España hay fascistas. Pero el principal favor al partido que está en el Gobierno enestos momentos en España, dentro del cual hay fascistas y hay corruptos, se lo está haciendo el fascismo catalán, su homólogo catalán, el nacionalismo que lleva 40 años gobernando Cataluña y saqueando dicha comunidad para fines diversos, incluido el enriquecimiento personal. Porque, gracias a este estallido fascista que se vive hoy en Cataluña el nacionalismo español del PP está tapando toda su corrupción y lo estamos viendo en qué ha pasado el juicio del caso Gürtel y aquí no se ha enterado nadie porque de lo único que se habla es de Cataluña.



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